XII Almuerzo Literario en el Puerto de Sotogrande
El 1 de junio hemos celebrado el XII Almuerzo Literario en el Puerto de Sotogrande, en concreto en el restaurante Fresco, en la Marina.
Un lugar donde hemos celebrado más de una vez estos encuentros por su belleza paisajística; porque su chef, reconocido por la guía Michelín, nos prepara un menú especial para cada ocasión; por el trato excelente; y, su espectacular salón de exposiciones que le cede a la organización de Palabreando para impartir el taller.
El aforo máximo de estos encuentros no es superior a 15 participantes, aunque en alguna ocasión excepcional, como en su X Aniversario, el aforo llenó su cupo con 22 participantes. En este último encuentro para dar entrada al verano, aunque volveremos en septiembre, me reuní con escritoras noveles y profesionales que se desplazaron desde Algeciras, La Línea, Cádiz, Tarifa, Estepona y Marbella.
Los Almuerzos Literarios son unos encuentros que desde Palabreando, talleres de formación, venimos celebrando desde 2022, a lo largo del año. En cada encuentro nos superamos e incluimos novedades y en esta no iba a ser menos.
Comenzamos con una pequeña charla sobre autoestima y búsqueda de la felicidad interior por la escritora, Maribel Sánchez, después pasó a una sesión práctica de alineación de chakras y meditación.
Al finalizar esta sesión, comencé mis clases de escritura hasta la hora del almuerzo. En esta ocasión les propuse para empezar escribir sobre "todo aquello que nos hubiera gustado decir a nuestra madre que nunca le contamos". Por supuesto, las emociones estaban a flor de piel después de la meditación y afloraron emociones escondidas que nos hicieron derramar lágrimas, unas por otras, de tal forma que hubo participantes que no podían leer sus escritos, y tuvo que ser leído por otras compañeras.
Una vez realizada esta catarsis de expulsión de emociones a través de la escritura, comenzamos a escribir sobre el mar, sobre la percepción de los cuadros expuestos o de lo que a cada una se le viniera a la cabeza, en escritura automática de diez-quince minutos y su lectura posterior. La cuestión era escribir, ya fuera prosa o poesía, y expresar a través de descripciones narrativas, las emociones. Por supuesto, en estos talleres no se obliga a nadie a escribir, si alguien solo quiere escuchar y deleitarse con la lectura de las compañeras, o levantarse y pasear, o salir a tomar el aire, tienen plena libertad para ello.
A las dos y media, el restaurante nos tenía preparada las mesas en el salón interior ya que ese día el levante típico de la zona podía chafar un poco las interesantes conversaciones que nacen entre personas que se conocen o se están conociendo. Así que la dirección del Fresco decidió, acertadamente, que almorzáramos en interior.
Un menú mexicano, espectacular, casi sin nada de picante y para todos los paladares, regado de unos buenos vinos, creado en exclusiva para Palabreando, consiguió que el almuerzo fuera un agradable lugar de encuentro y de conocimiento que los participantes agradecieron a la organización.
Tras el almuerzo, y como siempre aparece la "morriña" después de tener el estómago lleno, decidí poner un poco de mñusica para mover el cuerpo, un buen amigo de Sotogrande cuya madre estaba entre los participantes, se ofreció como dj y trajo su propio equipo. Durante 30 minutos bailamos, como si no hubiera un mañana, las canciones de los 80 más conocidas.
Después de activar toda nuestra energía, nos sentamos para comenzar la segunda parte de este encuentro que consistió en leer lo que cada una habían traído de sus casas, unas eran escritoras con libros publicados e hicieron una pequeña presentación y lectura, otras habían escrito algo para la ocasión, una de ellas se animó incluso a cantarnos un fado portugués y otra, como diseñadora gráfica, nos dibujó lo que le parecía de este almuerzo literario.
Entre lectura y lectura, yo les iba comentado y pasando unas fichas con curiosidades ortográficas y literarias que dejaron sorprendidas a más de una.
Para finalizar y antes de la entrega de diplomas, merendamos con unas pastas artesanales que nos ofreció el restaurante mientras se iban creando, en dos grupos, un "Cadáver Exquisito" que leeríamos en la terraza, abierta al público. Una de las participantes, como diseñadora gráfica, nos dibujó sobre la marcha un pequeño cuadro sobre el Almuerzo Literario.
El cadáver exquisito es un juego surrealista de creación colectiva que puede ser escrito o gráfico. En esta obra cada miembro del grupo realiza su parte de la narrativa sin conocer por completo las otras partes, solo lo último. Es una técnica usada por los surrealistas franceses en 1925, y se basa en un juego de mesa llamado "Consecuencias", en el cual los jugadores escribían por turnos en una hoja en blanco, la doblaban dejando al descubierto solo lo último escrito y después, la pasaban al siguiente. Cada persona solo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior.El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: "Le cadavre-exquis-boira-le vin-nouveau" (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo). Los asiduos a este juego, Robert Desnos, Paul Éluard, André Brettón y Tristan Tzara) sostenían que la creación debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y automática.
Al terminar la lectura les hice entrega de sus diplomas de participación y unos regalitos que la organización de Palabreando quiso entregarles como agradecimiento.
Desde Palabreando, talleres de formación, quiero agradecer personalmente la colaboración exquisita y atenta del gerente, Javier, y a su personal y chef del Restaurante Fresco Marina, A la directora de relaciones y medio ambiente del Puerto Sotogrande, Eli Ramos, al Puerto Sotogrande, por supuesto también, y a José Enrique, nuestro dj espontáneo.
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